
La noche que me gusta es cómplice y fraterna,
lleva un beso delante y una traición detrás,
tiene olor a Chanel y a
tigre sin cisterna,
y en ella ciertas veces se hospeda Satanás.
La noche que me gusta es igual que tus ojos,
un ron sin cocacola, un canuto de más,
viste una minifalda con zapatitos rojos,
en el ombligo un piercing, en la boca un quizás.
La noche que me gusta tiene menos futuro
que las notas de un bajo sin cuerdas ni compás,
siempre hay algún borracho que sujeta su muro
entre relojes muertos y tragos de aguarrás.
La noche que me gusta está hecha de esquinas
con mujeres que dicen «ven, no te aburrirás»,
y botellas de güisqui en todas las cantinas,
la noche que me gusta no amanece jamás.